Mostrando postagens com marcador Alfonsina Storni. Mostrar todas as postagens
Mostrando postagens com marcador Alfonsina Storni. Mostrar todas as postagens

¡Adiós! - Alfonsina Storni


¡Adiós!
(Alfonsina Storni)

Las cosas que mueren jamás resucitan, 
las cosas que mueren no tornan jamás. 
¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda 
es polvo por siempre y por siempre será! 

Cuando los capullos caen de la rama 
dos veces seguidas no florecerán... 
¡Las flores tronchadas por el viento impío 
se agotan por siempre, por siempre jamás! 

¡Los días que fueron, los días perdidos, 
los días inertes ya no volverán! 
¡Qué tristes las horas que se desgranaron 
bajo el aletazo de la soledad! 

¡Qué tristes las sombras, las sombras nefastas, 
las sombras creadas por nuestra maldad! 
¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas, 
las cosas celestes que así se nos van! 

¡Corazón... silencia!... ¡Cúbrete de llagas!... 
-de llagas infectas- ¡cúbrete de mal!... 
¡Que todo el que llegue se muera al tocarte, 
corazón maldito que inquietas mi afán! 

¡Adiós para siempre mis dulzuras todas! 
¡Adiós mi alegría llena de bondad! 
¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas, 
las cosas celestes que no vuelven más! ...

Dolor - Alfonsina Storni


Dolor
(Alfonsina Storni)

Quisiera esta tarde divina de octubre 
pasear por la orilla lejana del mar; 
que la arena de oro, y las aguas verdes, 
y los cielos puros me vieran pasar. 

Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera, 
como una romana, para concordar 
con las grandes olas, y las rocas muertas 
y las anchas playas que ciñen el mar. 

Con el paso lento, y los ojos fríos 
y la boca muda, dejarme llevar; 
ver cómo se rompen las olas azules 
contra los granitos y no parpadear; 
ver cómo las aves rapaces se comen 
los peces pequeños y no despertar; 
pensar que pudieran las frágiles barcas 
hundirse en las aguas y no suspirar; 
ver que se adelanta, la garganta al aire, 
el hombre más bello, no desear amar... 

Perder la mirada, distraídamente, 
perderla y que nunca la vuelva a encontrar: 
y, figura erguida, entre cielo y playa, 
sentirme el olvido perenne del mar.